El método Pomodoro es un sistema de gestión del tiempo que divide los períodos de trabajo en intervalos de 25 minutos (llamados Pomodoros) con un descanso de cinco minutos entre cada uno.
¿Cómo podría este sistema ayudarte en tu oposición? ¡Sigue leyendo y descúbrelo!
Pomodoro para estudiar
Esta técnica fue desarrollada por Francesco Cirillo a finales de los años 80 con el objetivo de aumentar la productividad. El método mejora la agilidad mental (y la eficiencia) gracias a que el alumno se concentra intensamente en una tarea durante un breve periodo de tiempo. Después, se recargan las pilas con un rápido descanso.
Esta técnica consta de cinco pasos básicos:
- Decidir la tarea a realizar.
- Poner un temporizador a 25 minutos (1 “Pomodoro”).
- Trabajar en la tarea hasta que suene el temporizador y registrar el Pomodoro como completado.
- Tomar un breve descanso de 5 minutos.
- Trabajar durante cuatro ciclos y realizar un descanso más largo (15-20 minutos).
El método hace hincapié en la importancia de analizar y priorizar las tareas. Durante una sesión Pomodoro se planifica, se registra, se procesa y se visualiza cada actividad con el fin de comenzar por las más importantes.
Crea tu Pomodoro
Esta técnica permite minimizar las distracciones que se producen al realizar tareas más largas. Además, al completar los intervalos de concentración o “Pomodoros”, se consigue una sensación de satisfacción y avance, lo que incrementa la motivación del estudiante.
No obstante, este método no es el idóneo para todo el mundo. Muchas personas alcanzan su máxima concentración a los 15-20 minutos, por lo que el intervalo de tiempo que se propone sería insuficiente. Otras personas son capaces de mantener ese estado durante un mayor tiempo y prefieren hacer intervalos más largos, de 60 o 90 minutos, por ejemplo.
Una buena estrategia, es diseñar tu propio Pomodoro. Bastará con que comiences a realizar la tarea en cuestión y cronometres el tiempo que eres capaz de estar plenamente centrado. Tras realizar esta medida varias veces, verás cómo tu atención sigue un patrón más o menos estable, por ejemplo: te distraes cada 35 minutos. Bien, establece entonces una rutina 35/5/15, por ejemplo. De esta forma, estudiarás durante 35 minutos con descansos de 5 minutos. Cuando completes 4 ciclos, descansa por ejemplo, 15-20 minutos.
En resumen, esta técnica no es famosa en vano. Muchos estudiantes y trabajadores se benefician de la misma cada día. Te animamos a que pruebes este método en su versión más clásica y salgas de tu zona de confort, aunque lo más eficiente será que adaptes la rutina a tus tiempos. Si lo haces, ¡no te olvides de contarnos si te ha funcionado!